miércoles, 28 de diciembre de 2011

MUERTE DULCE

Dadas las fechas en las que nos encontramos y por una asociación (en este caso equivocada) de ideas, alguien podría pensar que el siguiente post va de turrones, mazapanes, bombones, polvorones y demás productos dietéticos navideños; pero nada más lejos de la realidad.

En lo que va de mes, la cuenta de twitter @emecyl112, que corresponde al 112 de Castilla León, ha dado parte de al menos 24 personas atendidas en nuestra comunidad debido a la intoxicación por CO, lo que se me antoja una cifra nada despreciable. Dado que el invierno acaba de empezar y el frío y la calefacción nos van a acompañar durante los próximos meses, no está de más hacer un pequeño repaso del tema.


Inodoro, incoloro e insípido. No irritante y, por ello, sumamente peligroso. Así es el monóxido de carbono, un gas tóxico que se produce durante la combustión de materiales como leña, gasolina, carbón, butano, propano, queroseno, etc. Las chimeneas, calderas, calentadores de agua y los aparatos domésticos como estufas, braseros u hornillos de cocina que utilizan estos materiales pueden producir escapes de CO si no funcionan bien. Asimismo, los automóviles, como cualquier máquina que lleve un motor de combustión, también produce CO a través de su tubo de escape.

La intoxicación se produce porque el CO inhalado se une a la sangre mucho más fácilmente que el oxígeno, e impide a la hemoglobina transportar el oxígeno a las células. Pero este no es el único factor deletéreo de la intoxicación por CO, sino que también existe una toxicidad directa del monóxido a nivel cardiaco y cerebral.

En la intoxicación aguda por monóxido de carbono se consideran pacientes de alto riesgo a los niños, embarazadas, ancianos y enfermos con antecedentes coronarios o de EPOC.

El CO ocasiona intoxicaciones de frecuencia subestimada debido a la inespecificidad de la presentación clínica y a la ausencia de cooxímetros en la mayoría de los departamentos de urgencias. La clínica simula, en muchas ocasiones, cuadros gastrointestinales o víricos. Los efectos de la inhalación de CO dependen de la concentración en el ambiente y de la duración de la misma. En general, los síntomas de las exposiciones leves son cefalea, náuseas, vómitos y sensación de mareo. La exposición moderada cursa también con taquicardia, taquipnea, debilidad y ataxia. Las formas más graves producen síncopes, convulsiones, hipotensión, coma y muerte. Sin embargo, no hay que olvidar que el cuadro clínico puede variar de unas personas a otras.

El fallecimiento por inhalación de monóxido de carbono, conocida como la muerte dulce, se produce sin que los afectados se den cuenta del peligro, ya que se van quedando "dormidos" poco a poco, sin sensación de ahogo ni de asfixia.

Es fácil hacer un diagnóstico de intoxicación por CO si se conoce la historia de la exposición pero no tanto sin un alto índice de sospecha en los casos menos claros. La coloración cereza de la piel o de la sangre venosa es sugerente pero no se detecta con frecuencia. La oximetría suministra lecturas falsamente normales, debido a que no distingue entre oxihemoglobina y carboxihemoglobina. Es necesario determinar la concentración de carboxihemoglobina en sangre mediante cooximetría.

El tratamiento debe iniciarse en el lugar del suceso retirando al individuo de la fuente de CO y aplicando oxígeno de forma inmediata. El personal sanitario debe tomar precauciones para no intoxicarse (aireación de los sitios cerrados, máscaras protectoras, detectores de CO, etc)

El tratamiento definitivo se basa en la administración de oxígeno a la concentración más alta posible, independientemente de la saturación de oxígeno que presente la víctima. Una opción terapéutica es la utilización de una cámara hiperbárica, que proporciona oxígeno al 100% con una presión de 2-3 atmósferas, reduciendo la vida media del CO a 20-30 minutos. Puede ser útil en los pacientes con intoxicación grave que no responden rápidamente a oxígeno a la presión atmosférica o para las mujeres gestantes o recién nacidos.

Las medidas preventivas incluyen la revisión periódica de los sistemas de combustión del domicilio, mantenimiento de una ventilación adecuada e impedir la inhalación de los productos de combustión de los motores o vehículos en garajes y espacios cerrados. El empleo de alarmas para detección de CO puede ser una medida efectiva.


Fuentes:

5 comentarios:

  1. Buenos días! Genial tu post. Muy instructivo. De verdad que me ha encantado.

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  2. Muy oportuna la entrada.Por desgracia conozco muy bien los efectos.
    Un saludo Esther

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  3. Es excesivamente frecuente todavía, está bien recordarlo. Buena idea!

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  4. El año pasado acudí a un aviso en el que 18 personas se intoxicaron en mayor o menor gravedad.

    Afortunadamente no hubo víctimas, pero desgraciadamente es un problema que vivimos año tras año, sobre todo en los pueblos y en la mayor parte de los casos por braseros en malas condiciones.

    No está de más recordarlo. Gracias Esther

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  5. Gracias a todos por acercaros a esta casa y dejar vuestras impresiones. Como bien decís, a pesar de revisiones, modernidades y precauciones, esta sigue siendo una noticia muy al día, al menos en nuestra comunidad autónoma. Nunca está de más recordarlo.

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